Frases Yogananda I

• Dios es simple. Todo lo demás es complejo. No busques valores absolutos en el mundo relativo de la naturaleza. (Pág. 64)

• El cuerpo está literalmente construido y sostendio por la mente; bajo la presión de los instintos de vidas pasadas, la fuerza o la debilidad se infiltran gradualmente en la conciencia humana y se expresan como hábitos, los que a su vez se manifiestan como un cuerpo deseable o indeseable. La fragilidad externa tiene un origen mental; en un círculo vicioso, el cuerpo esclavizado por el hábito entorpece a la mente. (Pág. 77)

• -Swamiji, estoy confundido. Siguiendo sus instrucciones, supóngase usted que yo no pida alimento, y que nadie me lo dé, ¿habré de morirme de hambre?
  -¡Muérete, entonces! – esta alarmante respuesta rasgó el aire-: ¡Muere, Mukunda, si debes morir! Pero jamás pienses que vives gracias al poder de los alimentos y no por el poder de Dios. (Pág. 130)

• Mira al miedo de frente y cesará de importunarte. (Pág. 156)

• Todo apego es cegador y presta un imaginario halo de atracción al objeto deseado.  (Pág. 156)

• Sugerencias buenas y positivas deben instruir los sensibles oídos de los niños. Sus primeras ideas permanecen profundamente grabadas. (Pág. 157)

• Vivid cómodamente con vuestro presupuesto – decía con frecuencia -. La extravagancia os aportará incomodidad. (Pág. 160)

• Podría demostrarte que cuanto tu poderosa mente llegue a creer con gran intensidad sucederá instantáneamente. (Pág. 167)

• En los hombres superficiales, el pececillo de los pensamientos provoca ruido; en las mentes oceánicas, las ballenas de la inspiración apenas si dejan estela. (Pág. 171)

• Todo mejorará en el futuro, si estás haciendo un esfuerzo espiritual en el presente. (Pág. 173)

• Tanto los métodos inflexibles como los benévolos son igualmente efectivos, si se aplican con sabiduría. (Pág. 178)

• Ellos buscan un maestro de menor estatura, quien bajo su sombra aduladora les permitiera el plácido sueño de la ignorancia. (Pág. 180)

• … un buen líder debe tener el deseo de servir y no de dominar. (Pág. 183)

      De "Autobiografía de un Yogui. Paramahansa Yogananda"