domingo, 10 de noviembre de 2013

Salieron a bailar

Salieron a bailar.

Lo perezosamente vertiginoso del ritmo cotidiano, lo desconsideradamente compañeros en el encuentro, lo previsibles en sus sorpresas, lo habituados a sus besos.

Todo aquello hacía que olvidaran lo sano de su abrazo mientras bailaban. El tono que adquirían sus músculos, el movimiento de sus pelos, la suavidad de sus pieles, el contoneo de sus cuerpos.

Y el amor que encontraba la cama al llegar de aquel puntual encuentro.


Esa noche salieron a bailar.
Era día de aguinaldo, de cerveza y de reencuentro …




viernes, 8 de noviembre de 2013

Chueca

Hace poco menos de un mes que tengo una gata . Chueca .

Hace poco más de 3 meses no me gustaban los gatos, es más, me desagradaban bastante .

Durante una sesión con una paciente con la cual estábamos hablando, claramente, de felinos me sorprendí a mi misma pensando... "Y si tengo un gato?" .

Y así, como para que la idea se haga realidad rápidamente, se lo comuniqué a ella y luego a mis amigos y familiares .

De odiarlos, pasé a amarlos, va... en realidad a amar a Chueca. ... Y después dicen que las personas no cambiamos!

Bueno, meses después llegó Chueca. Ahí comenzaron los comentarios...

"Mi gata cuando me dolían los ovarios se me ponía arriba y se quedaba ahí ronroneando"

"Los gatos son muy inteligentes, y no son sumisos como los perros, hacen lo que quieren"

"Los gatos son transmutadores de energía, se ponen en lugares de la casa donde hay mala energía para removerla"

...

Hace unos días que estoy encerrada en mi casa a causa de una infección bastante jodida en los riñones.

Chueca no ha parado de mimarme. Se acuesta a mi lado, dromimos la siesta... y claro un día se me colocó en la espalda exactamente en la zona de los riñones.
Impactante, no?

Otro día en que yo estaba tirada sobre almohadones, a medio sentar, comenzó a trepar por mis brazos y llegó hasta mi cabeza, y ahí, sí ahí... se quedó.

Metió la cabeza entre mis pelos y se echó como pa´ dormir la siesta, transmutar energía o no sé qué.... qué me quizo decir la muy perra? Ah, no! Gata!


viernes, 1 de noviembre de 2013

Tarde de lluvia










Fue claro...

Hacía un rato que me encontraba percutiendo en mi rodilla al compás de la música.

Mi cuerpo se sentía relajado, gozado.

Pero fue claro que en el instante en que mi razón se percató de que mi ritmo estaba siendo armonioso, se perdió la magia.

Así como cuando vas pancha por la calle caminando y pasa un flaco y te dice... "Ay mamita como te chuparía todas las tetas"; o cuando a un hombre (o a una mujer) le agarra el traca-traca de prime y parece un perro abotonado!

Así se perdió, o parecido a eso.

Intenté volver a plegarme al ritmo, pero mi cabeza hacía rato que estaba intentando controlarlo.
No iba a volver a ser posible hasta que no soltara la idea de poder hacerlo, o de cómo hacerlo.