jueves, 6 de febrero de 2014

Constelaciones Familiares 1

Hace unos meses me diagnosticaron un adenoma hipofisario (tumor benigno en la cabeza).
Ayer mi madre me dijo... "estas mucho más linda, fresca; creo que es porque queres un poquito más a mamita"

Hace un par de años comenzaba la formacion en constelaciones familiares. Entre otras tantas cosas, éstas me han cambiado la mirada.
Hasta hace un par de meses nunca habia hecho "mi propia constelación", sin embargo los cambios se vienen operando a pasos agigantados desde que comencé la formación... Incluso antes.

Es verdad eso que dijo mi madre que desde que... Yo diría, me amigué con ella (porque quererla siempre la quise mucho), estoy más “linda”. Amigarme con mi madre, "tomarla" (como se le dice en constelaciones) día a día un poco más, me ha llevado a amarme más a mí misma. Y cuando nos queremos y aceptamos como somos vivimos más frescos, despreocupados y por ende... Lindos!

Reconocí lo que hay en mi de ella y de mi padre, entre algún que otro rasgo de personalidad, lo más importante... Mi vida! Que es lo más hermoso que tengo. Entonces como no voy a estar eternamente agradecida, si me han hecho el mejor regalo que pudiera recibir alguien.

A partir de este y otros movimientos comencé a ver todos los actos de mi madre con sumo amor. Incluso aquellos con los que no estaba de acuerdo (que en mi vida habían sido la mayoría, ya que pensamos muy distinto generalmente).

Por otro lado está lo del tumor. Siempre fui muy sana, por lo tanto la llegada del diagnóstico me sorprendió de sobremanera. A él se llegó a través de la insistencia de mi madre porque consultara a una dermatóloga por mi acné permanente, que ya con 28 años deja de ser juvenil y sin dudas estaba queriendo decirme algo.

En fin... Llegó el diagnóstico y con él ocuparse. Si bien su presencia al principio me descolocó, en ningún momento me lo tomé a la tremenda. Más bien fui encarándolo de una manera positiva. Cambié mi dieta alimenticia, antes incluso de ser diagnosticado, cuando ya era una de las tantas posibilidades. También poco tiempo antes había comenzado tratamiento con medicina China, y x último la bomba química del medicamento para este tipo de cuestiones. Una vez por semana, una pastilla diminuta hacía que mi cuerpo perdiera fuerza y poco pudiera levantarme. Igual fui insistente y continué.

Al poco tiempo del diagnóstico Stephan Hausner (constelador experto en enfermedades) llega a Uruguay y se da la oportunidad de que los estudiantes de la formación tuviéramos un día para trabajar si así lo deseábamos. Sin dudarlo un segundo decidí tratar mi tema con Hausner.

Comenzó el encuentro y yo con muchos nervios ya que deseaba fervientemente que me eligiera. Primera ronda... Nada! Segunda "quién quiere trabajar?"... Nada! Y ahí fue cuando me dije... "Basta!" Solté la idea de que me eligiera, confié en que si ese era mi momento se iba a dar. Y si no se daba era porque no debía ser. Tercera ronda... Y ahí estaba yo, de un segundo al otro sentada a su derecha, pronta para trabajar.

La constelación fue larga... Al menos para mí. Intensa. Me mostró muchas cosas que no vienen al caso describir ya que seguro aún sigue operando en mí y así deseo que continúe. Lo cierto es que me movilizó en el instante y aun hoy. A los pocos días de la constelación comienzo con un extraño dolor en la espalda, a la altura del riñón y a su vez muchas ganas de orinar continuamente, aunque sin ardor. Como dije... Siempre fui muy sana, así que esto llamó mi atención.

Fui al médico porque intuía algo andaba mal en mis riñones. Me hicieron algunos análisis y me mandaron a hacer vida normal a mi casa. A los 3 días la fiebre me llegó a los 39,5 y casi no me podía mover del dolor. Le mandé un mensaje a mi madre para que se viniera desde Durazno. Algo andaba mal. Al poco rato llegó uno de mis hermanos y sin dejarme ni hablar me metió en el auto y me llevó al hospital. Efectivamente estaba con una infección aguda en los riñones, instantáneamente comenzaron con antibióticos y suero vía intravenosa y me mandaron internación domiciliaria.

Las lecturas sobre este acontecimiento han sido varias... Muchos dicen que luego de realizar una constelación el cuerpo enferma para poder eliminar. Que los riñones son la familia. Que los riñones responden a la energía vital, etc, etc...

Para mí fue una forma de parar con la vertiginosidad del día a día que no me había dejado ni un segundo para bajar todo lo que la constelación había operado en mí.
Lo cierto para mi es que enfermar también es sanar. Cuando enfermamos el cuerpo nos está diciendo algo, hay que saber escucharlo.

Al poco tiempo de esto debí repetir los análisis por control. Las hormonas que indicaban el estado del tumor habían bajado hasta valores normales. La doctora asombrada por tan rápido descenso preguntó en tono de broma si esa sangre realmente era la mía.

Aun debo continuar con el tratamiento químico, sin embargo estoy tranquila. Y realmente me siento curada.


La constelación me mostró más de mi familia y me hizo acercarme aún más a mi madre.


27 Diciembre 2013

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